(IEP) Oslo. El Comité Noruego Nobel, otorgó el Premio Nobel de La Paz, al Grupo Activista lCAN, quienes han promovido desde el 2007 la Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares, la coalición de ONGs presente en más de 90 países fue elegida este 2017, por su lucha contra la violencia, por impulsar un tratado histórico para la Prohibición de Armas Nucleares.
El Instituto de Ecología Política (IEP), es una de las organizaciones no gubernamentales miembro de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares ICAN en Chile, es un reconocimiento al esfuerzo de años de muchas organizaciones y personas que han trabajado incansablemente por la prohibición de estas armas horrorosas. Celebramos este momento y hacemos un llamado a los gobiernos a ratificar este tratado y seguir aunando esfuerzos por la paz mundial.
Es un gran honor haber sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz para 2017, en reconocimiento de su papel en el cumplimiento del tratado sobre la prohibición de las armas nucleares. Este acuerdo histórico, aprobado el 7 de julio con el respaldo de 122 naciones, ofrece una alternativa poderosa y muy necesaria a un mundo en el que se permite que las amenazas de destrucción en masa prevalezcan y, de hecho, están aumentando.
La campaña internacional para abolir las armas nucleares ICAN, por sus siglas en inglés, es una coalición de organizaciones no gubernamentales en un centenar de países. Al aprovechar el poder de la sociedad civil ha trabajado para poner fin al arma más destructiva jamás creada, la única arma que representa una amenaza existencial para toda la humanidad.
Este premio es un homenaje a los esfuerzos incansables de muchos millones de activistas y ciudadanos preocupados de todo el mundo que, desde los albores de la era atómica, han protestado enérgicamente contra las armas nucleares, insistiendo en que no pueden servir ningún propósito legítimo y deben ser desterrados para siempre de la Cara de nuestra tierra.
También es un homenaje a los supervivientes de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki-los hibakusha-y las víctimas de explosiones de ensayos nucleares en todo el mundo, cuyos abrasador testimonios y generosas actividades de promoción fueron fundamentales para asegurar este acuerdo histórico.
El tratado proscribe categóricamente las peores armas de destrucción en masa y establece una vía clara para su eliminación total. Es una respuesta a la preocupación cada vez más profunda de la comunidad internacional de que cualquier uso de armas nucleares podría causar un daño catastrófico, generalizado y duradero a las personas y a nuestro planeta viviente.
Nos enorgullece haber desempeñado un papel importante en su creación, incluso mediante la promoción y la participación en conferencias diplomáticas, y vamos a trabajar asiduamente en los próximos años para garantizar su plena aplicación. Cualquier Nación que busque un mundo más pacífico, libre de la amenaza nuclear, ratificará y ratificará este acuerdo crucial sin demora.
La creencia de algunos gobiernos de que las armas nucleares son una fuente legítima y esencial de seguridad no sólo es errónea, sino también peligrosa, porque incita a la proliferación y socava el desarme. Todas las naciones deben rechazar completamente estas armas antes de que se vuelvan a utilizar.
Este es un momento de gran tensión mundial, cuando la retórica incendiaria nos puede llevar fácilmente, inexorablemente, al horror indescriptible. El espectro de los conflictos nucleares se avecina una vez más. Si alguna vez hubo un momento para que las naciones declararan su inequívoca oposición a las armas nucleares, ese momento es ahora.
Aplaudimos a las naciones que ya han firmado y ratificado el tratado sobre la prohibición de las armas nucleares, e instamos a todos los demás a que sigan su ejemplo. Ofrece un camino hacia adelante en un momento de crisis alarmante. El desarme no es un sueño, sino una necesidad humanitaria urgente.
Humildemente damos las gracias al comité noruego del Nobel. Este premio entrega una luz necesaria en el camino que el tratado de prohibición proporciona a un mundo libre de armas nucleares. Antes de que sea demasiado tarde, debemos tomar ese camino.
Para el Instituto de Ecología Política, miembro de lCAN en Chile es un reconocimiento al esfuerzo de años de muchas organizaciones y personas que han trabajado incansablemente por la prohibición de estas armas horrorosas. Celebramos este momento y hacemos un llamado a los gobiernos a ratificar este tratado y seguir aunando esfuerzos por la paz mundial.
por Pamela Velasquez G. – Ed. CL|publicado 07 octubre 2017| IEP