¡Vivimos tiempos diferentes y este 4 de abril es un día especial para Chile, conmemoramos por primera vez el día Internacional sobre la conciencia sobre las minas terrestres con un territorio libre de minas!
Las minas y los restos explosivos de guerra constituyen una grave amenaza para la paz, la seguridad, la salud y la vida de la población local, convirtiéndose en un obstáculo para el desarrollo social y económico, una vez concluido el conflicto. Esto llevo a que gobiernos, la sociedad civil y los organismos internacionales trabajaran en conjunto en la creación de un tratado que prohibiera la producción, uso, transporte de minas antipersonal. Estaconvención exige a los países erradicar las minas terrestres y asistir a las víctimas.
Por este trabajo la Campaña Internacional Contra las Minas Terrestres – ICBL recibiría en 1997 el premio Nobel de la Paz.
En palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, AntónioGuterres “los logros de quienes luchan contra las minas muestran que, cuando colaboramos unos con otros, podemos alcanzar metas que en su momento nos parecían imposibles”
20 años no es nada
Así versa el tango de Gardel, y ese tiempo puede ser mucho si escondía bajo tierra hay una amenaza latente poniendo en riesgo la vida de las personas y el desarrollo de las comunidades.
En Chile se sembraron más de 200 mil minas terrestres entre 1973 y 1983 en las fronteras en el norte y en el sur, además de Valparaíso,debido a conflictos políticos internos y con nuestros vecinos. Una vez resueltas esas diferencias, los campos minados continuaron amenazando indiscriminadamente a quienes circularan por aquellas áreas.
En septiembre del 2001 Chile suscribía el tratado de Ottawa, con esa firma se comprometía liberar el territorio de minas y dar asistencia a las sobrevivientes.
La tarea fue larga, se creó una comisión nacional de desminado (SECNAD) que asumió la tarea de erradicar las minas, el 2003 se destruyeron los stocks que tenían el ejército y la armada y se comenzó a limpiar los territorios. El 2018 tras años de negociaciones se aprobó el reglamento que proporcionaba reparación y asistencia en rehabilitación a las víctimas de minas y otros explosivos militares abandonados sin explotar.
Los sobrevivientes, que en el registro de la SECNAD alcanzan a 201 personas, la mitad de ellos civiles y muchos niños cuando tuvieron el accidente,esperaron por años una atención integral y reparadora del daño ocasionado por estas armas indiscriminadas, son lo que se han llevado la parte más difícil. A ellos y sus familias es necesario reconocer su valentía y entereza, nunca claudicaron exigiendo que su voz se escuchara.
Para el IEP, miembro de la Campaña Internacional contra las minas, celebramos este día y solicitamos certificar que los territorios se encuentran liberados de estas armas y resguardar aquellas áreas que aun presenten sospecha. Y en especial mejorar los estándares la asistencia y reparación a los sobrevivientes.