La Confederación Alemana de Cooperativas (DGRV), el Instituto de Ecología Política (IEP) y un panel de expertos, lanzaron este jueves 29 de octubre la “Guía para la creación de Cooperativas de Generación Distribuida Comunitaria en Chile”, donde se explica cómo la generación comunitaria puede implementarse según la legislación actual mediante cooperativas de energía.
Con el financiamiento del Ministerio Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, el patrocinio del Ministerio de Energía de Chile, la Asociación Nacional de Cooperativas de Chile, y además el apoyo de la Seremi de Energía de la Región Metropolitana, GIZ y Asesol (Asociación Chilena de Energía Solar), se desarrolló un panel virtual bajo la moderación de Camila Japp, gerenta del Proyecto de Participación, Energía y Bienestar, Sustentabilidad en Cooperativas en América Latina, de DGRV Brasil.
Desde el Instituto de Ecología Política (IEP), Daniela Zamorano, coordinadora del proyecto, abordó los contenidos de la guía, cuyo objetivo es entregar un recurso que facilite el acceso al conocimiento para realizar proyectos en que convergen y se integran dos dimensiones, el cooperativismo y la generación distribuida comunitaria, así señala: “Esperamos que a través de este insumo podamos contribuir a fortalecer las capacidades técnicas, organizacionales y administrativas de las personas interesadas en este tipo de proyectos”.
Además, Camila Japp, agrega que “durante 2018 realizamos un estudio en Chile, Brasil y México en el cual para el caso chileno, se vieron las oportunidades frente a la nueva regulación, siendo una de ellas la de generación distribuida comunitaria, la cual entra en vigencia este año a partir de la publicación de su reglamento en septiembre; ante este contexto entiendo que la forma cooperativa es muy adecuada para los proyectos comunitarios, y además desde la necesidad de crear información accesible para este tipo de iniciativas, es que decidimos trabajar en este proyecto de guía para la creación de cooperativas de generación distribuida en Chile”.
El evento en línea contó la presencia de más de 120 participantes y comenzó con la intervención de Anna Elisabeth Richter, consejera y encargada Asuntos Económicos, Científicos y Tecnológicos y de Cooperación de la Embajada de Alemania en Chile, quien citó la famosa frase de las cooperativas del siglo XIX: “Lo que uno no consigue solo, puede que se consiga en conjunto”, dando a entender su vigencia con las actuales necesidades globales para enfrentar el cambio climático, las necesidades energéticas y cómo las soluciones sustentables y comunitarias pueden contribuir al desarrollo regional.
A continuación, Andreas Kappes, director del Departamento Internacional de la Confederación Alemana de Cooperativas (DGRV) en Bonn, Alemania, sostuvo que la creación de esta guía se enmarca dentro del trabajo entre Alemania y Chile desde el año 2018 financiado por el gobierno alemán, cuyo objetivo primordial es fortalecer proyectos ciudadanos de energía renovable descentralizada y aumentar la consciencia sobre los efectos de estas iniciativas. Asimismo, señaló que desde su perspectiva institucional las cooperativas son un modelo empresarial que puede ser exitoso y sostenible en el tiempo, y que cada vez más personas identifican que las fuentes de energía fósil y nuclear no son modelos sostenibles por su fuerte impacto medioambiental y en la salud pública, pero también por su poca estabilidad biopolítica. Cita para concluir su intervención la frase del Secretario General de Las Naciones Unidas, Ban Ki-moon: “Las cooperativas son un recordatorio para la comunidad internacional de que es posible perseguir a la vez, viabilidad económica y responsabilidad social”.
Luego, Gabriel Prudencio, jefe de la División de Energías Sustentables del Ministerio de Energía de Chile, destacó la relevancia de la generación distribuida en la transición energética y la importancia de hablar de las “tres D” en este proceso: descarbonización, digitalización y descentralización. También señaló que hoy en Chile, tenemos diversos tipos de generación distribuida y de autoconsumo, con más de 7300 sistemas instalados y más de 67 000 kilowatts de Netbilling.
Por su parte, Gonzalo Méndez, seremi de Energía de la Región Metropolitana, planteó que el actual lineamiento de la Seremía pretende acercar el rubro energético a las personas, las empresas, instituciones y organismos nacionales e internacionales. Cerrando el primer ciclo de intervenciones, Siria Jeldes, presidenta de la Asociación Nacional de Cooperativas de Chile, comentó que el propósito de su asociación es activar el fomento del modelo empresarial cooperativo, teniendo un rol fundamental en la transición hacia las energías renovables para promover una alternativa de desarrollo local, que permita un crecimiento social y económico más justo.
Más adelante, Benjamin Dannemann y Simon Heinken, de la Oficina Nacional de Cooperativas de Energía, en DGRV Berlín, abordaron la experiencia alemana, sobre del trabajo entre los diversos interlocutores y la importancia del desarrollo técnico, así como también, la necesidad de permitir la competitividad de las cooperativas de energía en igualdad de condiciones en el mercado de la energía; también resaltaron lo esencial del respaldo legal, que para Alemania está en la Ley de Energías Renovables (EEG) y ha entregado un marco regulatorio que permite garantizar la conexión, las compras e inversiones y el desarrollo de las cooperativas de energía. El aporte de las cooperativas de energía en la transición energética alemana ha ido en constante aumento, junto con las Energías Renovables (ER)-fotovoltaica, eólica y redes locales de calefacción-. Hoy alcanzan 883 cooperativas de energía creadas desde 2006, con 200 000 socios y 2.9 millones de euros invertidos en ER, con el apoyo también de la Unión Europea que ha incentivado y fortalecido la energía generada por los ciudadanos.
Ahora bien, respecto a la realidad chilena, Manuel Baquedano, presidente del IEP, se refirió a la importancia de democratizar la energía, tomando en cuenta el proceso constituyente vivido recientemente en Chile -donde el porcentaje de la opción apruebo superó la media nacional en las zonas de sacrificio-, y evidenció que hay un estrecha relación entre las demandas ciudadanas para terminar con las centrales a carbón y la necesidad país de descarbonización, siendo además éste uno de los temas fundamentales para nuestro territorio por la alta vulnerabilidad frente al cambio climático. Asimismo sostiene: “En Chile se calcula que existe un 22% de pobreza energética y que abarca cinco millones de personas, que aunque cuentan con conexión al sistema, no tienen los recursos para acceder a ella. No obstante, los recursos de la energía primaria como el sol, el viento, el agua son un bien común, la captación de dicho potencial energético es el problema principal para democratizar su acceso. El caso alemán es exitoso porque la gente no es sólo un cliente, sino que las personas se han organizado y transformado en gestores de su propia energía; en Chile hoy se está dando a nivel de elite, en el mundo universitario, pero en este momento la crisis climática y social nos hará cambiar la estabilidad, y de una innovación técnica puede surgir un movimiento social, el cambio se puede impulsar desde arriba, pero el despliegue masivo se hace desde abajo, y en ese aspecto la revolución energética se basa en establecimientos de múltiples hechos, sin pedir permiso a titulares y estructuras energéticas establecidas”.
Por otra parte, en cuanto a la nueva regulación para la generación distribuida comunitaria, Danilo Jara, Experto regulatorio del Ministerio de Energía se refirió al autoconsumo y los sistemas de propiedad conjunta, señalando que la generación comunitaria es hoy una tendencia mundial que además tiene un costo más reducido. La Ley General de Servicios Eléctricos modificada en 2018, en su Artículo 149 (bis), establece el derecho al autoconsumo y al autoabastecimiento con sistemas de generación propio y además abre la posibilidad de inyectar a la red los excedentes de energía; también estipula el derecho a que dicha energía tenga que ser retribuida con un descuento en la facturación. Entonces, recalca que hoy en Chile se permite la conexión al sistema y se garantiza que esa energía va a ser valorizada según una tarifa -regulada por la Comisión Nacional de Energía-, posibilitando el autoconsumo a baja escala, sin un fin comercial, fomentando la producción e independencia energética, y siendo un aporte para disminuir los efectos del cambio climático.
Finalmente, David Rau, vicepresidente de Acesol, expuso ampliamente sobre los sistemas desarrollados de Netbilling, principalmente fotovoltaicos, donde hasta octubre de 2020 se cuenta con un total de 5684 sistemas declarados, con potencia de 52 971 kw; sin embargo, respecto a los proyectos residenciales las cifras señalan un estancamiento desde 2017 a la fecha, diferenciándose de la tendencia de aumento que hoy sí tienen los proyectos fotovoltaicos comerciales.
Para Rau las plantas solares son una gran opción para invertir en conjunto en la realidad chilena, ya que una planta de 200 kWp a nivel comunitario, puede ser una inversión de $600.000 (CLP + IVA) por kWp aprox., versus una planta solar a pequeña escala de 2 kWp que puede alcanzar el $1.500.00 (CLP + IVA) por kWp aprox.; dadas estas cifras se puede llegar a disminuir en más de la mitad si se accede a precios en compras en conjunto. Asimismo asegura que desde el 2010 hasta la actualidad, ha habido una caída del 82% en el precio de la energía solar fotovoltaica -según la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena)-, que se debe principalmente a la incorporación de nuevas tecnologías, transformando a este tipo de generación en la fuente más económica para generar electricidad en el mundo; siendo favorable no sólo por su bajo impacto al medioambiente, sino que también por ser económicamente viable para muchas más empresas, asociaciones y personas.
Para descargar la “Guía para la creación de Cooperativas de Generación Distribuida Comunitaria en Chile”, ingresa a: